sábado, 16 de septiembre de 2017

LA NO MIRADA DE JACK

“Este es mi secreto. Es muy sencillo. Uno solo puede ver claramente con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”
 ANTOINE DE SANIT-EXUPÉRY


Cuando Mercedes Ruiz @londones me propuso trabajar una propuesta de actividad  a partir del libro “La lección de August” desde la perspectiva de su compañero y amigo Jack pensé que sería algo sencillo. La idea era plantear alguna actividad tomando el Visual Thinking como eje (o el pensar con la manos, como le gusta decir a ella)

La primera sorpresa vino cuando llegué a la cuarta parte, que era la que me correspondía trabajar y encontré en la primera página la cita de Saint-Exupéry que abre este post.  La primera lectura del capítulo no fue de mucha ayuda ya que  me dejó la impresión de que Jack vive y revive una y otra vez su primer encuentro con August desde la mirada:

“Y siempre que lo veo intento acordarme de lo que dijo Verónica, peor me cuesta. me cuesta mucho no mirarlo una segunda vez. Cuesta mucho hacer como si nada cuando lo ves”

La deformidad de August queda fijada en los ojos de Jack y aunque en el libro pronto afirma que “uno llega a acostumbrarse a su cara” y “en realidad es un tío bastante guay” la sombra de la imagen acecha a quien está leyendo el libro que queda atrapado en ella.

El dilema al que me enfrentaba era: ¿Cómo hacer una propuesta de trabajo visual y escapar de la omnipresente imagen de August?

Tras leer y releer el capítulo una y otra vez, y después de darle vueltas y más vueltas al tema, la solución llegó cuando decidí abandonar el mundo de la imagen para hacer una incursión en la lectura desde el mundo del resto de sentidos.

Así, descubrí que el sentido del gusto me llevaba a la escena en la heladería que Jack nos describe:
“Hubo un momento en el que giré la cabeza para chupar el helado que se salía por el fondo del cucurucho y fue entonces cuando vi a August. Estaba sentado a mi lado. Ya sé que no estuvo bien, pero al verlo dije algo así como <¡Uhhh!> porque me asusté de verdad. (…)”

Una vez identificado el primero de los sentidos, el acercamiento al segundo, el tacto, me llevó a la escena en la que el resto de niños evitan tocar a August y a quién se relaciona con él:

“Antes , cuando estaba siempre con August, los otros niños no se nos acercaban para no estar con él. O me ocultaban cosas, como lo de la Peste. (…) Ahora puedo juntarme con quien quiera.”

Encontrar el enfoque de la historia desde el sentido del oído tampoco fue complicado. En el intercambio de mensajes de texto entre el protagonista y Jack, el 31 de diciembre a las 17:06 August interroga a su amigo a propósito de las terribles palabras que con horror le había escuchado decir el día de la fiesta de Halloween:

“pero dime la verdad, vale?
d verdad querrías suicidarte si fueras yo???”

Ya solo quedaba pendiente el sentido del olfato y aunque al principio se me resistió, en una nueva relectura encontré la solución gracias a la mascota de Aufgus, Daisy, olisqueando la mano de Jack, reconociendo a la persona amiga por su aroma y no tanto por su imagen.

El círculo se cerraba. Ahora toca pensar las actividades a proponer, actividades que nos ayuden a descubrir que cada quien es porque los demás somos gusto, tacto, oído y olfato …

¿Te animas?


Aquí van algunas ideas…

ACTIVIDAD 1:
Recetas que nos acercan
¿A qué te sabe?
Dibujo con comida

ACTIVIDAD 2:
Toco tu cara, pienso, dibujo…
Cuando toco tus cabellos me siento…

Yo soy tus manos

ACTIVIDAD 3:
So-nidos para el encuentro
Ponle banda sonora a…
A qué te suena?

ACTIVIDAD 4:
¿A qué huele la soledad?
El aroma de la amistad
Tu perfume me hace ver…


Yo sigo pensando…

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